El peronismo aplastó a La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires. Los datos oficiales del escrutinio provisorio, conocidos a las 21 con el 82% de las mesas escrutadas, revelaron un batacazo inesperado de Fuerza Patria, que se imponía sobre La Libertad Avanza por 13 puntos: 47% a 34%.
El resultado, que muestra desenlaces jamás imaginados por el peronismo en distritos y secciones electorales en los que se disponía a perder, implica un triunfo de alto impacto para el gobernador Axel Kicillof, tanto en la batalla personal que libró con el presidente Javier Milei como en la discusión por el liderazgo del peronismo que sostiene con Cristina Fernández de Kirchner, a quien se enfrentó, fundamentalmente, por la estrategia de despegar los comicios bonaerenses de los nacionales del 26 de octubre, que la expresidenta desaconsejaba e intentó frustrar. El resultado le dio la razón al mandatario provincial, que se agranda como nombre ineludible de Fuerza Patria para la carrera por la Casa Rosada en 2027.
Como era de esperar, el peronismo hizo una gran diferencia en la Tercera sección electoral (sur del conurbano), aunque ningún cálculo daba una ventaja de 25 puntos, como finalmente sucedió.
La gran sorpresa se dio en la Primera sección (norte del GBA), donde le sacaba diez puntos y medio a LLA, en tanto en la Octava (La Plata) Fuerza Patria se despegaba de LLA por seis puntos y una luz similar arrojaba el recuento en la Segunda (noreste de la provincia).
En la Cuarta (noroeste bonaerense) se produjo otro batacazo del peronismo, que ganaba sobre LLA por diez puntos, mientras que la Séptima (el centro) completaba el mapa azul con un triunfo de FP por cinco puntos.
Las dos excpeciones son la Quinta (el corredor atlántico), donde LLA ganaba por casi cuatro puntos, y la Sexta (el suroeste), donde el partido de Milei se imponía por siete puntos y medio, en ambos casos sobre Fuerza Patria.
Golpazo a Javier Milei, que se hunde en su peor crisis
La derrota, de dimensiones inesperadas, representa un golpe durísimo para el gobierno de Javier Milei y para el propio presidente, que se jugó a nacionalizar la elección y a plantearla como el fin del kirchnerismo.
La caída se da en medio de una tormenta perfecta que combina una interna feroz que amenaza todo el andamiaje de poder de la administración libertaria, tensiones financieras que obligaron a Toto Caputo a intervenir el mercado financiero y a traicionar el dogma del ultraliberalismo, y una crisis narrativa y de credibilidad por los escándalos de corrupción que golpean en el centro neurálgico del poder, con Karina Milei como rostro más sensible.